De él se ha dicho que no es un jugador de grandes citas. Que se arruga en los momentos decisivos. Que no tiene tenis para inscribir su nombre en el palmarés de un gran torneo. Esa tesis viene reforzada por el hecho de que había perdido las cinco grandes finales que había perdido, tres de Grand Slam y dos de Masters 1000. Sin embargo, muchas veces el éxito en los mejores torneos del mundo es solo cuestión de tiempo. De seguir intentándolo. De no bajar los brazos. De no hacer caso a los que dicen que no vales. Y eso es precisamente lo que ha hecho Casper Ruud.
El noruego, posiblemente cuando menos se le esperaba, ha escrito en el Mutua Madrid Open la página más brillante de su carrera, tumbando a Jack Draper en la final masculina de este domingo por 7-5, 3-6 y 6-4 para levantar, por fin, el primer título de categoría Masters 1000 de su carrera. Hasta ahora, había perdido las de Miami 2022 y Montecarlo 2024.
Ruud es el tenista con más victorias (125), finales (17) y títulos (12) en tierra batida desde el año 2020. Eso es mucho decir. Sin embargo, llegó a esta edición del Mutua Madrid Open entre signos de interrogación, después de caer en octavos de Montecarlo y de despedirse en los cuartos de Barcelona, donde defendía título. Esos resultados le hicieron caer hasta la 15ª posición de ranking ATP, por lo que aterrizó en la Caja Mágica fuera del foco. Pero Ruud es Ruud y la tierra batida es su hábitat. Y poco a poco, sin hacer ruido, el hombre forjado en la Rafa Nadal Academy por Pedro Clar fue superando ronda tras ronda hasta plantarse en la final.
Y no ha tenido un camino sencillo. Porque ha batido a cuatro cabezas de serie, entre ellos a Taylor Fritz, no.4 del mundo, y a Daniil Medvedev, no.10. Además, durante su partido de semifinales frente al argentino Francisco Cerúndolo, tuvo que ser atendido por el fisio de la ATP por un problema en la zona de las costillas. Esas molestias físicas no le impidieron salir este domingo al Estadio Manolo Santana y derrotar a un Draper que estaba siendo la gran sensación del torneo. Tanto, que a pesar de la derrota en la final, este lunes escalará hasta el quinto puesto de la clasificación mundial.
“El nivel de Draper es difícilmente superable, se le ha visto físicamente muy bien, ha mejorado la manera de moverse en tierra batida y ha solventado todos sus partidos bien. Está teniendo una adaptación espectacular a la tierra”, decía este domingo Feliciano López, director del torneo. “Viendo que Ruud es un jugador de tierra y que está acostumbrado a las rondas finales, puede que le vean como favorito. Pero en el tenis yo creo que cuentan más los momentos que la historia y el pasado de cada uno. Y Jack Draper viene de ser campeón en Indian Wells y en Madrid está a un nivelazo. Es una final muy abierta”.
No se equivocaba en nada Feliciano López: la final fue abierta y con dos tenistas a un nivel superlativo que regalaron un partido tremendo a las casi 12.500 personas que llenaron hasta la bandera el Estadio Manolo Santana en la tarde del domingo.
Draper fue el primero en golpear, logrando un break y colocándose 5-4 y saque para abrochar el primer set. Pero fue en ese momento cuando Ruud reaccionó para romper a Draper dos veces consecutivas. El noruego se apuntó la primera manga y, además, empezó sacando en la segunda. Se le ponía el partido cuesta arriba al británico.
Draper no sabía lo que era jugar un tercer set en todo el torneo. Y ahora si quería ganar el título, estaba obligado a remar ante un tenista que se mueve sobre la tierra batida como pez en el agua.
Reaccionó el de Londres y se apuntó el segundo set, estirando la final para delicia de los aficionados en la Caja Mágica. Pero ahí, en el territorio de los valientes, la raqueta de Ruud prevaleció. Saluden al nuevo campeón. Ya tiene 13 títulos. Ya tiene su primer Masters 1000.