Se unieron en 2019. Hace seis años, Marcel Granollers y Horacio Zeballos se dieron el sí quiero y comenzaron a jugar juntos en el circuito de dobles. La unión no pudo arrancar mejor. Título en su primera aparición. Desde entonces, la dupla hispano-argentina no se ha separado ni un instante, más allá de torneos puntuales por lesión de alguno de ellos.
Este sábado han sumado en el Mutua Madrid Open su octavo título de Masters 1000 juntos. Una barbaridad. Por el camino han dejado en la cuneta a las tres mejores parejas del mundo. Además, Marcel se convierte así en el jugador en activo con diez títulos de Masters 1000 junto a Metkic.
En una época en la que la inmediatez impera en todo lo que sucede, ellos son la continuidad. No hay una pareja tan longeva entre los mejores del mundo y si es tan poco habitual es porque no es nada fácil. No lo dice quien escribe, lo dicen los propios protagonistas: “A lo largo de estos seis años hemos tenido muchos momentos buenos, pero la realidad es que hay más momentos malos que positivos y es ahí donde creo que hacemos mejor pareja todavía”, sostiene el español.
Este mismo año Marcel ha tenido una lesión que le ha apartado casi tres meses de la pista: “En dobles cuando te lesionas también es una faena para tu compañero, yo por suerte apenas he tenido lesiones graves, pero agradezco mucho el apoyo que me dio desde el primer día cuando me lesioné en diciembre. Es una gozada tener a mi lado a Horacio”, ha afirmado el catalán.
Horacio, con 40 años, y Marcel, con 39, son conscientes de que el final está más cerca que el principio. Lo que tienen claro es que sea lo que sea, quieren vivirlo juntos. El argentino es claro: “Nunca sabes, pero a estas alturas yo no me veo jugando con otro que no sea Marcel. Somos muy parecidos, tenemos rutinas similares y nos llevamos muy bien. Creo que será mi último compañero”. Granollers es también contundente: “Es difícil que yo pueda volver a encontrar alguien como Horacio, me entiende a las mil maravillas y nos compenetramos genial tanto dentro como fuera”.
Para mantener la llama encendida solo hay una palabra, compromiso: “Todo pasa por la actitud. La motivación de cada día es lo que nos permite llegar a momentos como estos. Este año hemos jugado Challengers porque lo hemos necesitado y no nos importa. Todo pasa por la actitud. No hay tiempo para estar amargados y lo sabemos muy bien”. Sobre lo que viene por delante son ambiciosos, pero saben que la competencia es feroz y que solo el trabajo depende de ellos: “El objetivo es ganar, pero si no seguir con la cabeza alta, entrenando duro y disfrutando del camino”.
De la boca de ambos solo salen palabras de agradecimiento por lo vivido esta semana: “El apoyo que hemos sentido esta semana en Madrid ha sido bárbaro”, sostiene el argentino. “Es increíble volver a ganar aquí”, añade Marcel. Dos títulos en el Mutua Madrid Open y el número uno alcanzado el año pasado. La Caja Mágica empieza a ser el jardín favorito del matrimonio Granollers-Zeballos.
Aunque si hay una palabra con la que definan la victoria es alivio: “Cuando hemos visto que ganábamos, quizás no lo hemos celebrado tanto, pero es que hemos sentido un alivio muy grande. Ha sido un año complicado con la lesión. Es increíble lo rápido que pueden cambiar las cosas. Hace diez días tuvimos un mal partido en Munich y hemos sabido reponernos y ganar aquí. Por esto trabajamos tanto”, afirma el de Mar del Plata. La tranquilidad del que sabe que da todo cada día. En la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, así́ parecen prometerse Granollers y Zeballos de cara a los días de vida tenística que les quedan por delante.