Desde su traslado a la Caja Mágica en la temporada 2009 el Mutua Madrid Open ha tratado de ser un ejemplo en la promoción de la igualdad en el deporte. La misión es bastante clara: ofrecer un producto de primer nivel y transmitir un mensaje acorde a la altura del torneo. Convertido en uno de los eventos de competición más importantes de España, y en una de las citas clave en una disciplina tan global como el tenis, la responsabilidad que tiene a su cargo no es precisamente pequeña.
Madrid tiene el privilegio de recibir cada temporada a los mejores tenistas del mundo. Los circuitos WTA y ATP unen sus fuerzas en la capital de España desde hace ya más de 10 años, con una historia que todos construyen al unísono, haciendo del torneo uno de los eventos combinados más relevantes a nivel mundial. Más de una década de ilusión, respeto y agradecimiento por el deporte. Mujeres y hombres compiten en igualdad de condiciones sobre la tierra batida madrileña, y ésa ha sido desde el origen una de las principales señas de identidad en el espíritu del torneo.
Con un compromiso absoluto por la paridad entre géneros, Madrid entrega edición tras edición premios en metálico idénticos desde los octavos de final hasta el partido por la copa. Un patrón que ha consolidado con una promoción equitativa de todos sus participantes, que encuentran en la Caja Mágica un torneo al que pueden llamar hogar. Los atletas son valorados por su trabajo diario, por la entrega en competición y por dedicar una vida al deporte. Todos en igualdad de condiciones.
En la edición de 2019, y manteniendo la paridad salarial de ediciones anteriores, campeona y campeón se embolsarán cheques por valor de 1.202.520$, un premio al sacrificio derrochado día a día hasta llegar a la cima del deporte profesional, y esos esfuerzos no pueden entender de géneros. Desde la confección de los órdenes de juegos al tratamiento humano de cada jugador, Madrid se vuelca con la competición sin distinciones de tipo alguno.
Esta realidad tiene, claro, una repercusión de cara a los aficionados. Cada 12 meses se da cita alrededor del Estadio Manolo Santana un hervidero de competición sin parangón. Un legado para las ilusiones de los más pequeños, un estímulo para cualquier practicante y un recuerdo imborrable para toda la capital española. También, y quizá lo más importante de todo, una demostración de igualdad en el mundo laboral.
El regalo que ofrece el Mutua Madrid Open a los amantes del deporte no se puede desmerecer. Las mejores raquetas del mundo de ambos circuitos se dan cita en unas mismas instalaciones muy pocas veces a lo largo de la temporada. Únicamente los torneos del Grand Slam, los eventos de mayor calado histórico en la disciplina, y un puñado de grandes citas del calendario (Indian Wells, Miami, Roma, Cincinnati y Pekín) ofrecen la posibilidad de disfrutar de cerca de todos los grandes talentos ATP y WTA. Una realidad que no debe ser pasada por alto.
La apuesta total por el deporte femenino, algo que no sería necesario reivindicar, ha estado siempre en el espíritu de la Caja Mágica. Es un activo innegociable en la base del torneo. En la promoción real de todas sus figuras, en la categoría competitiva de sus atletas y en el interés de un circuito tan competitivo como globalizado. Es uno de los principales músculos del torneo y un elemento clave para su éxito temporada tras temporada.
La edición de 2019 volverá a ser un buen ejemplo de ello. Y, como siempre, todos lo disfrutaremos.
Por Álvaro Rama