El primer paso de Rafael Nadal en el Mutua Madrid Open fue una sencilla entrada en calor. El español apenas necesitó una hora de juego para superar al joven Darwin Blanch, dándose la oportunidad de volver a disfrutar en la capital española. Sin llegar a forzar su cuerpo, la asignatura progresiva que afronta estos días sobre las pistas, el balear compareció argumentando una reflexión clara: su camino lo guiará la lógica y el sentido común en cada paso.
“He jugado ante un jugador que tiene un buen potencial pero que ha cometido muchísimos errores, me ha dado muchas facilidades”, explicó el mallorquín. “Con máximo respeto a un jugador que tiene un gran futuro por delante, creo que todavía es un jugador que comete errores. El partido ha durado una hora”.
En una semana repleta de preguntas sobre su futuro a medio plazo, el español se encargó de poner los pies en la tierra. Nadal está decidido a valorar cada pequeña mejora diaria, tiene el espíritu de trabajo a punto para darse la mejor oportunidad. Pero la precipitación no formará parte de un avance que tiene que escribir con buena letra. Haber debutado en un partido plano en modo alguno modifica su pensamiento sobre el futuro.
“La perspectiva de París no me va a cambiar. No voy a tomar ninguna decisión aquí, la voy a tomar después de Roma”, explicó. “Voy a hacer mi camino. Si llego, llego; si no llego, pues no llego. Jugaré París con la sensación de que puedo competir. No me refiero a ganar, sino salir a pista con la sensación de que puedo dar mi máximo y competir. Creo que es lógico después de todo lo que he vivido yo en París no querer sentirme de según qué manera en esa pista que para mí es tan importante. Ha sido un partido cómodo donde he hecho lo que tenía que hacer. Vamos a ver qué pasa”.
En ese camino de pruebas, el sábado tendrá que asumir un examen que todavía tiene caliente en las manos. El español enfrentará por segunda semana consecutiva al australiano Alex de Miñaur, uno de los jugadores más exigentes del circuito y su verdugo días atrás sobre la arcilla de Barcelona. Pensar en una victoria sobre el aussie entraría en el terreno de la sorpresa para Nadal, que afronta el partido con una visión mucho más amplia que la del resultado”:
“Tampoco es una cosa que me preocupe mucho ni hacia un lado ni hacia otro. Lo único que me cambia es a nivel emocional, jugar otro día más aquí en Madrid. A nivel deportivo no me genera nada ganar o perder el sábado siento honesto”, añadió. “Para mí son mucho más importantes otras cosas a día de hoy, más que una victoria que no va a cambiar mi carrera ni mi torneo aquí. Soy realista y no aspiro a ganar. Si aspirase a ganar estaríamos teniendo otra conversación, que es la que hemos tenido durante 15 años. Estamos en otro momento, el sábado es una oportunidad de probarme tenísticamente”.
“En Barcelona jugué un set y tenísticamente estuve bien. En el segundo no se pudo. Para mí es una oportunidad de jugar ante un rival que me pone las cosas muy difíciles. Te hace jugar todos los puntos, y en el momento en el que estoy eso se hace más difícil.Soy consciente de que para ganar este tipo de partidos se necesita de tiempo y de esfuerzo físico en la mayoría de puntos. Eso hay que ver hasta qué punto estos capacitado para poder hacerlo”, analizó el cinco veces campeón. “Mantengo lo que digo: mi prioridad es intentar que no suceda algo más, para darme la oportunidad de seguir. Después de año y medio es la primera vez que juego dos semanas seguidas, aunque no sean muchos partidos. Para mí eso también es importante a nivel personal y de ver cómo se va adaptando el cuerpo. El sábado voy a intentar salir a disfrutar y a intentar competir. Veremos lo que ocurre. No descarto nada. Es un partido en el que no soy favorito”.
En un torneo donde la felicidad nada tiene que ver con las victorias o los trofeos, sino con salir indemne de un esfuerzo, Nadal tiene clara cuál es su meta en Madrid. Acumular esfuerzos manteniendo el cuerpo intacto. Una victoria en sí misma para volver a intentarlo el día de mañana.
“Si me voy sin hacerme daño y con la sensación de haber vuelto a competir sin que ocurra nada, y soy capaz de jugar a un nivel competitivo el sábado, pues podré decir que ha sido otra semana que está aprobada. Después, será el momento de dar un paso más. Pero no sé si es hoy cuando lo tengo que dar o dentro de dos días. Creo que es pronto y tengo que darme la opción. No tengo necesidad de quitarme ninguna presión de nada. Pienso que es importante darme la opción de ver cómo puedo ir adaptándome a la competición. Aunque sea complicado de entender, he jugado muy poco en el último año y medio. Necesito tiempo par ver cómo se adapta todo a nivel de cargas, de forzar más de la cuenta, si me puede llevar a explorar lo que puede suceder. Me gustaría al menos intentarlo”.