Con el triunfo de Bernabé Zapata Miralles este lunes son ya cuatro las raquetas españolas presentes en los octavos de final del cuadro ATP del Mutua Madrid Open. El tenista valenciano acompaña a Carlos Alcaraz, Alejandro Davidovich y Jaume Munar para igualar una inédita nómina desde la edición de 2015 con Rafa Nadal, David Ferrer, Roberto Bautista y Fernando Verdasco.
Los nombres que figuran en ambas listas pertenecen a dos generaciones distintas y, como prueba de ello, solamente el principal favorito del cuadro ya sabe lo que es pisar esta ronda por su condición de campeón vigente. La Caja Mágica acoge un relevo que confirma el buen estado de forma de un tenis nacional que ve convertidas sus promesas en realidades.
“Es una situación nueva para mí en un Masters 1000, pero sí tengo emociones muy parecidas a las de Roland Garros el año pasado con el público, la emoción de jugar en los estadios y el cariño de la gente. Intento estar tranquilo y gestionar las emociones”, ha señalado.
Nadie está regalándole nada a un Zapata que ha tenido que trabajar el triunfo en un partido de alta intensidad ante Roman Safiullin (6-3, 3-6, 6-3) en dos horas y 21 minutos. Con el Estadio Arantxa Sánchez Vicario entregado a la causa, el No.42 del mundo no ha sentido el vértigo de subiendo peldaños en un Masters 1000 ni el peso de la responsabilidad de enfrentarse a un rival con menor ránking (112) y que provenía de la fase previa.
“Me gusta más ir de tapado. Lo gestiono mucho mejor cuando no tengo presión y puedo tenerla ante un jugador con ránking menor. Soy una persona que intenta estar tranquila, hacer su trabajo lo mejor posible y hay veces que no lo consigo. Este deporte es muy complicado e incluso haciéndolo bien puedes bajar en el ránking e intento no perder la perspectiva”, prosiguió.
El tenista local de 26 años se ha servido de un break en el sexto (2-4) juego del primer set para cerrarlo en 46 minutos y de otro quiebre en el segundo de la tercera manga para sellar, con 32 golpes ganadores, su triunfo número 13 de esta temporada en el circuito, todos en tierra batida, por diez tropiezos.
Zapata espera ahora rival del encuentro que mide a Stefanos Tsitsipas y a Sebastián Báez. Será un duelo inédito para el semifinalista este año en Río y Buenos Aires al no haberse medido anteriormente en el circuito al griego, cuarto cabeza de serie, ni al argentino.
“A Báez le veo muy peligroso en tierra porque su nivel es muy alto y Tsitsipas quizás es de los mejores del mundo, sobre todo en tierra batida y supondrá un reto. De noche la bola se pone algo más pesada. Tendré que jugar con más paciencia y ordenado”, finalizó.